viernes, 17 de septiembre de 2010

La importancia del cromosoma resignado

Hay siempre en el aire una abatible seguridad de que todo revienta en cualquier momento, esto solo se deja ver en circunstancias delicadamente caóticas; a saber:

1º Uno sale de su jornada de trabajo, doblado por el dolor de cintura por estar tantas horas sentado, aturdido por el sonidillo casi invisible de los dedos transitando por el teclado, con las pupilas distraídas por la invasiva ola de luces que emana la PC. Se predispone a salir a la calle aun así con su mejor rostro, ya que después de todo la culpa de las suturas del corazón no pueden ser atribuidas a la totalidad de los seres que habitan una sociedad. Sale de su oficina saludando amablemente a todo el mundo, baja por el ascensor, camina tranquilamente por la vereda colmada de gente que va y que viene a paso acelerado y es comprensible porque todos estamos en la misma situación, todos anhelamos volver a casa o en mi caso volver a algún lugar en donde quitarme el uniforme. Se dirige hacia el laverap en donde ha dejado la totalidad de sus prendas, pero al llegar el lugar se encuentra cerrado y sin un puto cartel que de explicaciones. Golpea la puerta, se asoma por el cristal usando la mano por visera como espiando para ver si encuentra alguien adentro que pueda darnos nuestras pilchas y resulta que de adentro no se ve a nadie. Una vecina pasa y nos comenta que a veces cierran por semanas enteras y con enfado cuenta alguna anécdota de la cual hubiese estado bueno tener conocimiento el día anterior. Piensa uno para sus adentros y con mucha serenidad se dice a si mismo: “y buen, lo vengo a buscar mañana y listo”, camina hasta la esquina, espera que el semáforo le de paso y cuando pone un pie sobre la calle aparece un vehículo elegante que se lo lleva por delante propiciándole un golpe sin fuerza pero consistente. Se asoma el dueño del automóvil por la ventanilla y nos dice: “porque no te fijas nene!”. Es en ese momento cuando uno se levanta con una bronca elevada y piensa en romperle el vehículo a fuerza de patadas.
2º sale de la oficina cansado y con un hambre que va ganando importancia, desciende por la boca del subte con la serenidad de siempre, porque además sabe que preocuparse demasiado le hace mal a uno mismo. Compra un subtepass, pasa el molinete y saca el boceto de un pequeño libro que esta escribiendo para hacerle correcciones mientras espera en el anden. Sube a un vagón en el que se encuentra con los rostros mas desahuciados de buenos aires, que cansados como uno intentan llegar a algún lugar parecido a una casa, una vez arriba el calor comienza con sus acosos, van todos apretados, renegando bajito. A las dos estaciones el subte se detiene con las puertas abiertas, la voz de los altoparlantes anuncia que hay un estancamiento de dos vagones en las estaciones que le siguen y que no avanzara hasta que el servicio no se normalice acotando al final del anuncio: “sepa disculpar las demoras. Muchas gracias”. La gente comienza a descender indignada por lo mal que andan los servicios, grupos de sras mayores comentan a viva voz que no deberíamos usar mas este servicio, algunos jóvenes risueños comienzan con un golpeteo liviano de palmas a modo de reclamo, la sangre comienza a hervir hasta el punto tal de generarnos nuevamente esas ganas desaforadas de romper todo.
3º sale del edificio en el que se encuentra su oficina haciendo chistes con el portero, cruza la calle hacia la parada del colectivo de la línea 7 y encuentra allí una fila que llega casi hasta la esquina de gente esperando. Saca un pequeño libro de poemas de Benedetti y se dispone a la espera sin mostrarse hostil con nadie, después de todo una sociedad con ira no va a ninguna parte. Sube al colectivo que rebalza de gente, y el chofer pone en movimiento el vehículo en el momento en que una embarazada esta por subir, la cual obviamente se golpea contra el borde de la puerta y reclama al chofer:
- flaco, porque no te fijas estoy embarazada!
El chofer bajándose los lentes a media nariz, le contesta agresivamente:
- y bueno che, donde querés que meta mas gente?! Además o te subís o no, es así!
Fluye la bronca por nuestras venas, arde la conciencia de seres sociales, y casi sin pensarlo le digo al chofer:
- no le faltes el respeto a la señorita por que te parto la cara!.
La gente baja la mirada y un viejo mira con indignación lo sucedido mientras no mueve ni un centímetro de su cuerpo por ceder el asiento a la dama embarazada.
Se eleva la ira, cuando el chofer me dice:
- baja el tonito conmigo eh!
Es entonces cuando por nuestra cabeza se pasea la idea de puño en rostro ajeno y como diria mi amigo piolin: ya fue, la pudramos! Rompamos todo.
4º vas caminando, por no tener inconvenientes con el servicio de transporte, total estas a 20 cuadras nomás. Llegas al congreso de la nación y te encontrás con un grupo de barra bravas del Club Social Boro química manifestándose para que no le cierren el club. Vos decís: y bueno! La gente sin distracción seria muy monótona. Pero momento; pensás en la gente que se esta quedando en la calle, en los desalojos masivos que esta haciendo el gobierno de la provincia, en los costos de la canasta familiar, de los útiles escolares de los alquileres, la falta de trabajo, la precariedad de los edificios educativos y hospitales, la situación de indigencia en la que viven los estudiantes que alquilan en esta ciudad, la campaña masiva de seudo purificación de la ciudad que interviene para que en un edificio una empresa de hostels pueda montar un shoping y un alojamiento para extranjeros, en que tampoco los sueldos suben, y todos los etcéteras que puedan venir a nuestra cabeza en ese momento. Casi sin pensarlo haces un gesto de indignado moviendo la cabeza de un costado a otro. Uno de los hinchas del club se te para a un costado y te putea de pies a cabeza. Es entonces cuando decís: no me importa que me maten a golpes, esto no lo tolero, aquí se arma muchachos.

Cualquiera de estas cuatro escenas pueden ponerte en confrontación, porque precisamente vos sos humano y como todos, tenés tu grado de tolerancia que una vez sobrepasado el limite perdés el control de vos mismo y terminas como el oaky de hijitus: tiro, lio y cosha golda!. Vas a terminar peleándote con quien sabe quien, porque en la mayoría de los casos siempre la liga uno que pasaba vio luz y entro.
Pero cuando todas estas cosas pasan el mismo día y una tras otra, la actitud es otra, pasas a un estado de absoluta resignación, llegas a la casa de alguien que te esta bancando hasta que consigas donde vivir y le contás lo sucedido con tono de comicidad, ni siquiera despotricas contra nadie, solo haces omisión de lo sucedido y a otra cosa, total otro día acaba de finalizar y ya es muy tarde para preocuparse por nada. Mañana otra vez a la calle y a seguir el día a día confabulándote contra el animal que nunca quisiste ser.

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